Mundiales de ciclismo

Salzburgo es durante estos días la capital mundial del ciclismo porque en esta ciudad austríaca se celebran los Campeonatos del Mundo de ciclismo de la élite mundial (femenina y masculina).

Desde que era pequeño he esperado con ansias las fechas de los campeonatos, creo que incluso más que mi cumpleaños. Y después he seguido con atención las progresiones de los campeones por el magnetismo que me transmite el maillot de campeón (ahora que lo pienso, creo que de todos excepto de Luc Leblanc).

La primera carrera que recuerdo con cierta nitidez fue la de 1989 que ganó Lemond, y no la de 1984 que se disputó en Montjuic. Por entonces el ciclismo ni siquiera era una prioridad (tan sólo me acordaba de la bici cuando bajaba a la calle a jugar con los amigos del barrio) y ni me enteré que se disputaron aquí los campeonatos. De la de 1989, disputada bajo la lluvia, guardo en la memoria las imágenes de Alvaro Pino y Perico Delgado, vestidos con el maillot blanco de la selección y los culottes de BH y Reynolds respectivamente, calados hasta los huesos; y también el esprint final con Lemond imponiéndose a un joven Konyshev (que aún corre como profesional!!) y a Sean Kelly.

Tanto me apasiona esta carrera que incluso sería capaz de decir las sedes de todos los campeonatos y sus podios desde 1989, incluso la mayor parte de los vencedores de forma cronológica desde que se celebró la primera edición.

Una de las penas que me va a quedar de no poder haber hecho nada en el ciclismo va a ser no poder disputar el Campeonato del Mundo (ni la París-Roubaix), porque este es el ciclismo que realmente me apasiona, hasta el punto de querer saberlo todo sobre estas carreras. Y es que así es como entiendo yo el ciclismo, con pasión, no soy capaz de concebirlo de otra forma.

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