Tentando a la suerte

Hoy decidí tentar a la suerte y me salió bien. Siendo sinceros, el día no comenzó con muy buen pie. En principio iba a salir por carretera, pero cuando montaba las cubiertas por la mañana, un desmontable le dio un mordisco a la cámara y decidí en ese momento salir con la bici de ciclocross. Un pinchazo más que añadir a la interminable lista de los que he tenido este año.

Al salir a la calle me pregunto hacia dónde tirar. Vi un perro en las obras de la montaña y para allí que me fui. Sí, porque vi un perro; motivos más tontos se han visto en otras ocasiones. Entonces decidí hacer la ruta Begues-Torrelles, subiendo por a Begues por la montaña, no por la carretera, que salen unos 40 kms. Tengo que decir que nunca antes pude hacer este recorrido; ¿por qué? por pinchazos y reventones, evidentemente. Así que hoy me suponía un reto.

De buen inicio, las rampas al pie de la masía, siempre mirando al cielo y hoy con el terreno bien mojadito y pisadito (se nota que pasan máquinas y la pista la han dejado bien plana), por lo que de tanto en tanto pedaleaba en vacío cuando me ponía en bailón sobre la bici. A medio camino antes de enlazar con la carretera, alcancé a un señor en su BTT y subí con él hablando sobre la bici de ciclocross y demás (hay que ver lo que llama la atención a la gente ver a alguien por los caminos con este tipo de bici). Pasamos a un grupo de atletas (supongo que de Gavà) entrenando por la montaña, ¡¡¡en pantalón corto y manga corta!!! Llevaba las pulsaciones no a tope, pero sí bastante revolucionado, encima sin poder respirar debido a la humedad y la mucosidad que cada 5 segundos se forma en mis narices (es que ni sonándomelas!!).

Al llegar a la carretera, me faltaban aún 2 kms de subida entre los coches. En este punto me he dado cuenta definitivamente de la enoooooorme diferencia que hay entre los dos tipos de ciclismo, betetero y carretero, y no subía muy cómodo, pero con el paso de los minutos te vas "integrando".

Corono los 400 metros de Begues y me desvío a la derecha para coger la pista que me llevará a Torrelles. Aquí, en la Rectoria, me he cruzado con un chico del OKI en su btt y no he podido reconocer si era el también ciclocrossista Josep Amill. Si lo lees, ya me dirás :-) La bajada es alucinante (y más debe serlo subir): una rampa empinadísima con poca curva en la que es fácil pillar "velocidad absurda" sobre la bici. La lástima es que al no ser un circuito cerrado me da un poco de respeto hacer el loco, por lo que pueda pasar. Al salir de nuevo a la pista forestal el terreno estaba en más o menos buen estado (la humedad hace que todo esté más asentado y firme, pero también resbaladizo).

He bajado cómodo y bien, tanto que incluso un todoterreno me ha tenido que dejar pasarle (la verdad es que el conductor iba bastante mal), a partir de ese momento, sin dejar de pedalear hasta acabar la vuelta. Al principio las piernas no respondían (supongo que por el hecho de haberles dado candela sin calentar y enfriarse de repente en la bajada) , pero antes de llegar a la altura de Catalunya en Miniatura ya estaban a tono. Con todo metido hasta llegar a Sant Boi, manteniendo los 40 km/h. Aquí me he desviado a la Muntanyeta, a ver cómo estaba el terreno 3 semanas después de la carrera. Ciertamente, está mejor de lo que me esperaba. Creo que el tramo que más sufrió fue la serie de rampas al pie del Amat Verdú, que aún tienen los rastros que evidencian la carrera.

A continuación me dirijo hacia el estadio de béisbol, bajo por la carretera hacia la zona industrial y de allí me dirijo al punto de partida manteniendo el ritmo.

Al final, una hora y media de bici con subida a Begues (más larga de lo esperado) y algunos kilómetros de rodar. A ver si mañana, por lo menos, puedo multiplicarlo por 2.

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