Pocas veces he visto que un pueblo haya acogido con tanta ilusión a una celebración deportiva. Este pasado fin de semana el Club Ciclista Sant Boi hizo un stage en la Pobla de Lillet, un pueblecito del pre-Pirineo catalán que acogerá la salida de la próxima Cursa Ciclista del Llobregat, con el fin de hacer un hermanamiento ciclista entre Sant Boi y la Pobla. Aprovechamos para hacer varias actividades: una caminata por los alrededores, una gimkana infantil popular (muy popular), un coloquio ciclista en el salón La Flor y una ruta por carretera subiendo 4 puertos sin apenas desplazarte más de 10 kms de La Pobla de Lillet.
Ha sido espectacular, esa es la palabra. Y el momento más emocionante y emotivo del fin de semana fue la popularísima gimkana popular. Era impagable ver las ganas y la ilusión con la que los niños de todas las edades afrontaban el trazado.
Hay que destacar la destreza que tienen sobre la bici los niños de la Pobla. Se nota que en un pueblo se adquieren otros hábitos sobre la bici. No había miedo a pasar rampas, balancines, pasos estrechos, cajones... Y encima se hacía con decisión y seguridad.
La ruta en bicicleta del domingo ni me planteé el hacerla; conociendo de antemano el perfil decidí que lo mejor opción, en mi caso, era el escaqueo. Acompañé en el furgón de Transportes Gallastegui a Alberto, por si acaso había que ir recogiendo a alguien que fuese superado por las rampas. Y no tuvimos que recoger a nadie.
Todos los que fuimos, unas 50 personas entre corredores, padres, técnicos y acompañantes, nos lo pasamos realmente bien. Disfrutamos de dos días de convivencia a tope y, sobre todo, con muchas risas y buen ambiente. Tan bien fue todo que estamos deseando repetir la experiencia. Incluso los niños del pueblo se preguntaban por qué nos teníamos que ir.
Mil gracias a la Pobla de Lillet.
Ha sido espectacular, esa es la palabra. Y el momento más emocionante y emotivo del fin de semana fue la popularísima gimkana popular. Era impagable ver las ganas y la ilusión con la que los niños de todas las edades afrontaban el trazado.
Hay que destacar la destreza que tienen sobre la bici los niños de la Pobla. Se nota que en un pueblo se adquieren otros hábitos sobre la bici. No había miedo a pasar rampas, balancines, pasos estrechos, cajones... Y encima se hacía con decisión y seguridad.
La ruta en bicicleta del domingo ni me planteé el hacerla; conociendo de antemano el perfil decidí que lo mejor opción, en mi caso, era el escaqueo. Acompañé en el furgón de Transportes Gallastegui a Alberto, por si acaso había que ir recogiendo a alguien que fuese superado por las rampas. Y no tuvimos que recoger a nadie.
Todos los que fuimos, unas 50 personas entre corredores, padres, técnicos y acompañantes, nos lo pasamos realmente bien. Disfrutamos de dos días de convivencia a tope y, sobre todo, con muchas risas y buen ambiente. Tan bien fue todo que estamos deseando repetir la experiencia. Incluso los niños del pueblo se preguntaban por qué nos teníamos que ir.
Mil gracias a la Pobla de Lillet.
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