Intimidadores

Por desgracia existe en la carretera un colectivo de conductores caracterizados por su propensión a la intimidación del más débil. Son personas (llamarles "personas" es hacerles un favor) que no ven más allá de su ombligo y se creen los únicos con derecho para circular por el asfalto. También por desgracia este colectivo es demasiado grande, el que más y el que menos cada semana tiene que lidiar con alguno (lidiar, nunca mejor dicho, porque se asemejan más a los animales, que me perdonen los animales).

Estos intimidadores pueden circular en cualquier tipo de vehículo a motor, desde una moto a una gran máquina de obra, y nunca les verás intimidando a otro usuario de la vía pública que circule con un vehículo igual o superior en volumen. La falta de respeto y el egoísmo son sus principales credenciales.

Si te cruzas con algún intimidador ten en cuenta que le da lo mismo atropellar a un ciclista o tomarse una cerveza en una terraza.

Si tienes la suerte de oler su fétido aroma, déjale que te pase, que se largue, que no se vuelva a cruzar contigo, es mejor tenerle mil pasos por delante. Y si aún habiéndote pasado decide esperarte para tentar a la suerte, da media vuelta; con toda su estupidez acabará en una calle sin salida.

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